lunes, 9 de marzo de 2009

UNA VISITA AL HOSPITAL DE TABANAN

Bali tiene una Sanidad Pública bastante aceptable aunque lejos, muy lejos de la que tenemos nosotros. Se le dió un gran impulso a raiz de los atentados del 2002, donde se dieron cuenta se sus carencias.
Para los turistas existen muchas y muy variadas clínicas privadas con médicos de varias partes del mundo.
Pero nosotros antes de eso fuimos "clientes" del hospital público de Tabanan.
Ese día fuimos a comer a casa de nuestro chofer, Wayan. Nos hacia mucha ilusión entrar en la vida cotidiana de una familia, comer con ellos y conocer como viven. No sabría decir como se llama el pueblo pero estaba en la región de Tabanan.
Después de comer nos fuimos de paseo por los arrozales con Wayan y dos de sus sobrinos de unos 12 años. En mis manos la cámara de fotos, en la de los niños un gran machete oxidado. Wayan quería coger un coco para que lo probásemos así que con un palo de Bambú estuvo intentando bajar uno. El machete entretanto quedó clavado en un de las terrazas del arrozal. Tras varios intentos infructuosos decidimos marcharnos y Ángel al subir por el arrozal perdió pie con tan mala suerte que cayó sobre el machete. El corte en la pierna era grandisimo, unos 20 centímetros en la parte interior del muslo.
Allí en medio, sin nada, lejos del coche nos asustamos bastante. Con un calcetín mio y una cuerda que encontramos en un chamizo tapamos la herida y fuimos hasta el coche. Wayan iba blanco, casi mas que Ángel que en ese momento todavía no sentía dolor. Wayan se creía culpable, era su tierra y él se sentía responsable. Por sus creencias pensaba que el había hecho algo malo en la vida y por eso había pasado el accidente en su casa. Conducía lo mas deprisa posible hacia Tabanan ya que pronto oscurecería. De pronto frenó frente a la casa de un médico, allí el médico nos dijo que él no podía coser la herida porque no veía, pero allí mismo tenia a una mujer ¡llena de agujas de acupuntura!
Por fin llegamos al hospital de Tabanan, no era el fantástico hospital que yo había visto en la carretera, ese era el nuevo y no estaba inaugurado. Paramos en el antiguo hospital. Salió un camillero, la camilla de skay marrón no tenía ni una sabana ni nada. En la sala de urgencias los médicos fueron muy agradables: "What´s your name" preguntaron, "Ángel". "Oh, Angel of lucky" contestaron, el corte estaba a pocos milímetros de la arteria...."¿Religíon? Oh, of course Catholic". No se para qué querían saber la religión, pero se contestaron ellos mismos.
Todo era para él, los únicos guantes que tenían y la única anestesia. Le cosían a la antigua usanza, con una aguja como un anzuelo de pescar. Todo era como en los años 50 en España.
Yo, para no verlo, le miraba a la cara pero justo detrás había una señora que se había caído de la moto y tenía una gran herida en la cabeza. Con ella solo su familia dándole chupitos de agua. Si me daba la vuelta me encontraba con un chico herido por caerse de la moto, al que tampoco le hacían caso y si miraba al techo había un geko pegado. Casi me desmayo, Wayan me sacó fuera y me recuperé.
Llegó el momento de marcharnos y tras firmar varios papeles nos mandaron a una ventanilla a pagar y a por los medicamentos. Nos dieron una bolsita con la medicación justa que había prescrito el médico y la factura: 28.000 rupias, ¡unos 2 euros!.
No creáis que nos quedamos sin vacaciones, al día siguiente Wayan y Ángel se fueron a Denpasar en moto a comprar un vendaje elástico y todo resuelto.
Eso si, para quitarse los puntos se fué a una clinica privada que le cobró 50 veces más.
Ahora tiene un recuerdo permanente de Bali y del Hospital de Tabanan.

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